Hablar del Algarve es para muchos hablar de la tierra por donde se pone el sol. Pero además es hacerlo de la región más meridional de Portugal continental, cuya capital es Faro. Junto a Faro se ubica la Laguna de Ría Formosa, una reserva natural de 170 kilómetros cuadrados, que además es un punto destacado de observación de numerosas especies de aves migratorias. Además de Faro, también hay otras ciudades y pequeños pueblos de pescadores, como Santa Luzia, Tavira, Lagos, Portimao, Silves, Albufeira, Quarteira y Vila Real de Santo Antonio, ya en la frontera con España, o el pequeño puerto de Sagres, entre otros, la mayoría conocidos internacionalmente.
El nombre de Algarve proviene del árabe “al-gharb”, y era el más importante centro musulmán de la época Hispano-Islámica. Limita al Norte con la región del Alentejo, y al Oeste y Sur con el océano Atlántico, mientras que el Este lo reserva para acariciar al río Guadiana que marca la frontera con España.
La historia de este lugar nos recuerda además que fue el último lugar de Portugal en ser definitivamente conquistado a los moros, lo que ocurrió durante el reinado de D. Alfonso III. El nombre oficial del reino fue frecuentemente llamado “Reino de Portugal y de los Algarves”, pero nunca constituyó un reino separado de este país.
Pero, si hay algo en el Algarve que llame la atención son sus playas de arena fina y dorada. Unas son grandes y otras pequeñas, con aguas tranquilas en algunas y bravas con olas en otras, incluso muchas son de difícil acceso, pero seguro que merecen la pena. Se puede decir que existe la posibilidad de practicar el golf durante todo el año en el Algarve, ya que cuenta con algunos de los mejores campos de Europa. Más de treinta campos de golf, treinta opciones que desafían a profesionales y tientan a muchos aficionados. En el Algarve uno vive en la calle durante todo el año y se olvida del stress diario de las grandes ciudades.
Al pasear por sus ciudades y pequeños pueblos de pescadores nos sorprenderemos con los contrastes y la diversidad que este destino turístico proporciona, con sus calles estrechas, casas caladas de blanco, chimeneas de influencia árabe, gentes sencilla y afable, y un largo etcétera de otras tantas cualidades. También merecerá la pena conocer sus principales ciudades, siempre llenas de historia, así como sus antiguas iglesias y fuertes, o las murallas a la sombra de escarpados acantilados sobre el mar.
Bañada por el estimulante océano Atlántico la Costa del Algarve es el litoral más conocido de Portugal, donde se puede disfrutar de sensaciones únicas. Orgullosa de su clima templado durante todo el año, esta costa ofrece 150 km de paraíso a orillas del mar, las más bellas playas, cálidas y cristalinas, con aguas entre dunas e infinidad de acantilados.
Navegar por las aguas del Algarve, ya sea junto a su costa y con las velas al viento, es una experiencia alucinante, sobre todo en la zona donde el Atlántico se encuentra con el Mediterráneo. Lo mejor en estos casos es buscar un puerto seguro en alguna de sus Marinas para, seguidamente, poder conocer a fondo la tierra de las carabelas portuguesas de esta parte del país. Un buen ejemplo de todo ello lo encontraremos en lugares como Vilamoura, Albufeira, Portimão, o Lagos, afamadas todas ellas por su glamour y esmero, así como por sus sofisticadas Marinas que poseen excelentes infraestructuras para el ocio, la animación y las diferentes tiendas, que no debe uno perderse a la hora de pensar en las compras.
Probablemente el mayor atractivo del Algarve reside en la combinación de factores tan diversos como: playas, hoteles de lujo, cuidados campos de golf, discotecas y pubs, pero, sobre todo, por tener mucho sol. Al recorrer esta región, uno se encuentran con vistas formidables de acantilados verticales batidos por las olas del Atlántico, sobre todo en el Cabo de São Vicente; o con valles resguardados que están tapizados de naranjales; así como viñedos, olivos centenarios o castillos encaramados a una loma, con las casas apiñadas en las laderas, y barcos de pesca de vivos colores varados en las playas y en los principales puertos.
Y, a la hora de pensar en su gastronomía, hay que decir que desde Sagres hasta el río Guadiana, el Algarve es una región que ofrece buenos y frescos pescados y excelentes mariscos. La calidad y variedad es tan grande que una parrillada de pescado en una playa de la costa del Cabo de San Vicente, puede ser un auténtico manjar de dioses.
De entre los principales mariscos merece la pena resaltar a los percebes, gambas, langostinos y cangrejos. Pero los platos más tradicionales sobre todo corresponden al bacalao salado, cocinado de multitud de maneras, y las sardinas asadas que se suelen servir sobre todo en las fiestas. Una de las celebraciones más conocidas a nivel mundial es el Festival Internacional de Música del Algarve celebrado todo los años en el mes de mayo y que congrega a un gran número de músicos y de público. Claro que también podemos probar las recetas propias que realizan las gentes de esta región, entre las que se encuentran las calderetas, las sopas de pescado, y otros manjares y delicias que son la guinda de un perfecto día en la playa o después de una partida de golf con buen tiempo.
Pero el Algarve también cuenta con una sierra y, por lo tanto, con árboles frutales como el almendro, el naranjo y la higuera, cuyos frutos dan sabor a sus típicos dulces, entre los que se encuentran los famosos ‘morgados’ y los ‘Dom Rodrigo’, a los que seguro que nadie se puede resistir. Entre estos frutos, están además los que dan sabor a licores y aguardientes, como el madroño de la sierra y la almendra amarga, que hay que probarlos muy fríos.
Y, para los amantes de la naturaleza solo recordarles que podrán encontrar en las márgenes del Río Guadiana importantes Reservas Naturales y zonas protegidas de vegetación exuberante que son el abrigo de muchas especies animales.
Entre los lugares turísticos de esta parte del sur de Portugal los más frecuentados son las localidades de Lagos, fundada por los fenicios, y Albufeira, uno de los principales centros turísticos del Algarve.
Albufeira está considerada la capital turística de Portugal. Ubicada en el centro del Algarve y bañada por el océano Atlántico. Goza de un clima marcadamente mediterráneo, con temperaturas suaves, tanto al aire libre como en el mar, lo que permite disfrutar de sus extensas playas de arena dorada durante todo el año. Es un clima excepcional para practicar las más diversas actividades deportivas así como para descubrir su importante patrimonio histórico-cultural.
Se trata de una población cosmopolita, salpicada por el color blanco de las casas y de su centro histórico, donde el azul del mar se funde con el azul del cielo y donde el sol brilla más de trescientos días al año. Se encuentra a tan sólo 20 minutos del aeropuerto de Faro, a la que está unida por una autopista por la que es posible enlazar con los principales puntos del país. Además, cuenta con la mejor y más diversa oferta turística del Algarve.
De la pequeña ciudad de Albufeira, situada en la Latitud: 37º 05′ N y Longitud: 008º 15′ O, habría que decir también que ofrece más de 30 kilómetros de playas de arena fina y dorada, con aguas cristalinas y con todas las facilidades para quienes buscan momentos únicos de placer o descanso. Al principio, este lugar era un poblado amurallado, con un castillo en lo alto de un peñasco rocoso. El topónimo Albufeira proviene de la denominación árabe «Al-Buhera» que significa «castillo del mar”. En 1250, Don Alfonso III, conquistó la Al-Buhera con más de 200 caballeros de la Orden de Avis, por lo que Albufeira queda anexionado al reino de Portugal, quedando el vestigio islámico y sus artes, al igual que el conjunto histórico y el deje (forma del hablar de la zona).
Algo más tranquilo se puede encontrar en Salema y de obligada visita es el cabo de Sagres donde se ubica la Escuela Naval de Enrique el Navegante, el rey portugués que impulsó los grande descubrimientos de su país. Y, más al Oeste, el cabo de San Vicente que indica la parte más occidental del viejo continente.
Aquellos que prefieran el golf no quedarán defraudados por los numerosos campos que hay repartidos por toda la región, tanto en el interior como cerca del mar, en los que podrá disfrutar de este deporte durante todo el año.
Guía Viajera
Para entrar en Portugal solo se necesita el DNI ya que se trata de un país de la Unión Europea. Son varias las compañías aéreas que vuelan desde diferentes ciudades españolas hasta esta región del sur del país vecino, como es el caso de TAP Air Portugal, Portugalia, Iberia, etc., aunque la mayoría de ellas suelen hacer escala en la ciudad de Lisboa. Ofrece más de 5.000 kilómetros cuadrados de superficie.
Clima
Ofrece un clima de tipo mediterráneo, muy suave y bastante tranquilo, con una temperatura que da vida al Algarve durante todo el año. En invierno luce un sol reconfortante, y en el verano la acción refrescante de las brisas del Atlántico mantiene el paisaje verde y el clima moderado.
Excursiones
Navegar en velero entre las formaciones rocosas y acantilados que hay por toda esta zona del sur de Portugal, sobre todo entre las ciudades de Albufeira y Vilamoura, nos proporcionará momentos de absoluta relajación. Podremos fondear durante horas, o varios días, en algunos de sus puertos para tener la oportunidad de probar una sardinada al son de la música, algo típico de estos pueblos de la costa, lo que seguro que se convertirá en una grata experiencia. También podremos dar un paseo en barco para observar algunas aves y la flora que hay en el Parque Natural de Ría Formosa, lo cual es una idea genial para disfrutar tanto del mar como de la naturaleza. La Ría Formosa es un sistema de lagunas que se extiende a través de 60 kilómetros.