Aquí, a escasos kilómetros de la capital del Turia, se encuentra el Parque Natural de L´Albufera, una de las reservas más importantes de la Comunidad Valenciana y de España, donde la naturaleza, el paisaje y el arroz son los principales protagonistas.
Llegar hasta este lugar desde cualquier punto de la Costa Blanca es relativamente fácil, ya que L´Albufera está pegada a la Autopista de Valencia – El Saler, la cual se prolonga por una carretera local que recorre la totalidad del cordón litoral. Hace ahora algo más de una década, es decir en 1986, este lugar recibió el titulo de Parque Natural, por lo que desde aquel momento entró a formar parte de la familia de las principales reservas ecológicas de España.
El parque, se extiende desde los mismos límites del sur de la capital, hasta las cercanías de la población turística de Cullera, y se encuentra cerrado por el abrazo geológico, en su desembocadura, de los ríos Turia y Júcar, lo que además hace que sea un lugar muy especial para multitud de aves migratorias. Dado que este parque está ubicado entre el mar Mediterráneo y el gran arrozal de L´Albufera, ha hecho que sea una zona turística muy visitada.
Las actividades tradicionales del parque, así como de algunos pueblos de sus alrededores, se basan principalmente en el cultivo del arroz y otros cereales, así como de la caza y la pesca, dos actividades estas que se han integrado totalmente desde hace siglos, en común armonía con el entorno natural en donde se encuentra. En aquellos tiempos, en honor de don Martín y de doña Catalina, Reina gobernadora, bajo el reinado de Carlos II, se permitió cazar gratis en la Albufera los días de San Martín y de Santa Catalina.
Con la conquista de Valencia por Jaime I, este se reservó la Albufera para sí mismo, aunque, más tarde, pasó a manos de los caballeros templarios y a los de la Orden de la Merced. Seguidamente llegó a formar parte del patrimonio del Conde de Torres, y después de Godoy, para finalmente incorporarse a la Corona de España cuando, en 1865, Isabel II la donó, registrándose entonces como propiedad del Estado.
L´Albufera se ha convertido en uno de los lugares predilectos, tanto para los propios valencianos como para los pueblos vecinos de la Costa Blanca, y hasta la fecha aún permanece apta para la navegación. Ofrece, aproximadamente, 6 kilómetros de diámetro en toda su extensión, siendo el punto más luminoso el que corresponde a su zona central. Ya antiguamente algunos poetas árabes lo describieron con el topónimo de “Espejo del Sol”, en la que tan sólo una décima parte de sus 30.000 hectáreas, que eran las que al principio formaban esta Albufera, han sido reseña de cronistas romanos de la talla de Estrabón. El resto fue conquistado poco a poco por los propios agricultores para ampliar su espacio de cultivo, y desde hace algún tiempo, y gracias a las medidas de preservación que se han implantado en todo el parque, se ha puesto freno a su extinción, garantizando así el equilibrio de este bello recurso natural para un futuro, esperemos que muy lejano.
Los visitantes que acudan hasta aquí podrán realizar paseos en barca por el interior del lago, ya que L´Albufera cuenta con diferentes muelles, o puntos de atraque, donde es posible alquilar los servicios de un perchador (nombre con el que se conoce a la persona que conduce estas barcas), para que nos muestren parte de las maravillas naturales que ofrece este lugar. En el recorrido se puede llegar hasta el simpático pueblo de El Palmar, en donde la lista de restaurantes, especializados en arroces, es interminable, aunque haya que pasar por algunas pequeñas islas de su interior.
Otra posibilidad de llegar hasta aquí es conduciendo nuestro propio vehículo, no sin antes haber cruzado por los tres canales que la mantienen unida a los huertos y arrozales de esta parte de L´Albufera. Como nota informativa diremos que durante el mes de agosto, se celebra en El Palmar la procesión en honor al Cristo de la Salud, donde un centenar de barcas ‑ una de ellas portadora de una imagen de Cristo ‑ parten del embarcadero en dirección al centro del lago. Una vez allí, se suceden los cantos y las plegarias, hasta que los últimos rayos del sol caen sobre las aguas de la Albufera, lo que hace que esta fiesta sea de una belleza plástica espectacular.
Para aquellos que prefieran caminar existen una serie de circuitos por el interior del parque, propuestos por el propio personal que trabaja en el Centro de Información del Racó de La Olla, y que se pueden realizar a través de la Devesa. Los más interesantes van por el centro y conducen hasta la playa de la Molladeta, un rincón ideal para darse un agradable chapuzón en las aguas cálidas que ofrece esta parte del Mediterráneo. Al tratarse éste de un espacio protegido, es importante recordar que todos tenemos que contribuir a su conservación, por lo que habrá que tomar medidas, como es el caso de moverse despacio y en pequeños grupos para hacer el menor ruido posible, así como nunca abandonar los caminos señalados en el parque.
Y, ya que estamos hablando de la fauna y la flora que existe en este lugar, diremos que en el Parque Natural de L´Albufera se han localizado más de 850 especies vegetales, 31 especies de mamíferos, 292 especies de aves, 18 de reptiles, 8 de anfibios, y más de 525 especies de fauna invertebrada, de las cuales 475 son insectos, 43 moluscos y 7 crustáceos. En cuanto al mundo de las aves, hay que decir que es el que más llama la atención, ya que se han podido contabilizar más de 1.500 garzas reales, y fueron controlados 2.500 nidos de garcillas bueyeras, martinetes y más de 2000 ánades, entre otras.
L´Albufera también cuenta con un sistema de esclusas que taponan los canales de El Perelló y del Perellonet, por los que el lago desagua en el mar Mediterráneo, permitiendo elevar, a voluntad, el nivel del agua y consiguiendo así desalojar su caudal de forma que alimente los arrozales y el laberinto de acequias que da vida a las huertas de sus alrededores. Uno de estos «milagros» lo encontramos en El Palmar, que como ya hemos dicho se encuentra en el interior del Parque, donde a mediados del siglo XX era tan solo una isla rodeada por las aguas de La Albufera, pero que hoy en día está ya metida en tierra firme.
Y, fue aquí, concretamente en esta zona del que hoy es un Parque Natural, donde el escritor Blasco Ibáñez inmortalizara el ambiente de La Albufera de Valencia, con sus típicas viviendas, denominadas barracas, muchas de las cuales todavía hoy se pueden ver en diferentes rincones del Parque. Uno de los principales lugares donde mejor se aprecia esta arquitectura popular valenciana es en El Palmar, cuyas barracas de techo de chamizo y mampostería blanca, con una cruz en lo alto de la fachada principal, contrastan con el verde brillante de las huertas y arrozales que hay en los alrededores del gran lago.
Texto y Fotos: Rafael Calvete Álvarez de Estrada