“Un auténtico menú para sibaritas poco escrupulosos”.
Es cada vez más frecuente encontrar platos exóticos en las cartas de renombrados restaurantes del mundo, muchos de los cuales han convertido las comidas típicas de regiones de África, en deliciosos platos gourmets que se venden a precios astronómicos.
La cocina exótica es hoy en día una rareza, un signo de distinción, y hasta los paladares más encumbrados se afanan por probar platos que antes ni siquiera se hubieran atrevido a soñar. La gastronomía africana tiene como especialidad la carne en las zonas del interior y el pescado en las costeras. Este “exotismo” se paga a precio de oro, si bien los expertos en nutrición no lo recomiendan para una dieta continúa, pues por lo general muchos de estos platos tienen un solo tipo de valor nutritivo, y la alimentación debe cumplir con todos los nutrientes que el organismo requiere para mantenerse saludable. Tampoco hay que alarmarse por las supuestas “rarezas”, algunas de cuyas recetas parecen tan escandalosas que son en realidad comidas típicas de culturas locales, y en muchos casos se consumen desde tiempo atrás.
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Hace algún tiempo que vengo publicando comidas exóticas, raras, curiosas y posiblemente “asquerosas” de varias partes del mundo.
He visto de todo un poco, como ratas a la parrilla, “deliciosas” sopas de murciélago, sesos de mono servidos directamente en su cráneo, gusanos fritos en mantequilla o rebozados con miel, saltamontes fritos, corazón de mandril, escorpiones con guacamole, grillos salteados, hormigas fritas, roedores asados, paleta dulce de hormigas, arañas peludas sofritas, filetes de cocodrilo y de antílope, corazón de gorila, guiso de búfalo… y muchas, muchas cosas más. Y ya que he mencionado los arácnidos, decir que las arañas son muy solicitadas en algunas regiones de África, especialmente las tarántulas. La mayoría de las veces se las arrojan vivas a las brasas hasta que se fríe su exoesqueleto, y después se acompañan con salsas picantes o agridulces. Últimamente se han puesto de moda algunos platillos con arañas caramelizadas, o recubiertas de chocolate con pimienta. ¡Que rico!
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Estas son solo algunos de los aperitivos más comunes y demandados en varios países del continente negro.
Son también, sin duda alguna, rarezas culinarias que causarían estragos en algunos estómagos débiles. En Gambia, por ejemplo, fríen los gusanos de seda con mantequilla y los sirven en una especie de tacos con salsa picante. Son riquísimos, el problema es que su aspecto no ayuda en nada: son gusanos amarillos y gorditos. Son de esos gusanos que, si uno los pisa, se les sale todo el relleno con facilidad y grita ¿Qué asco! En la República Democrática de Congo también comen hormigas culonas, con una cabeza gruesa, un tórax delgado y un abdomen extraordinariamente abultado con relación al resto de su cuerpo, provistas de grandes tenazas y cuatro alas vistosas que o te las comes o te comen ellas a ti. Comer orangutanes, monos y gorilas es tradicional en varios países de África, como lo es ingerir insectos en muchas zonas de la costa oeste. Las criadillas, o testículos de res, son conocidas en Europa y en algunos países africanos desde hace siglos, aunque es en Costa de Marfil donde ha perdurado esta costumbre.
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Muchos lo consideran un alimento altamente afrodisíaco.
Hoy os invito a conocer un pequeño menú, con fotografías incluidas, de comidas raras. Todo tipo de productos, y de animales de varios lugares de África, un bello continente que he tenido que visitar con frecuencia para la consecución de mi último libro: “África Salvaje”, editado por Plaza y Valdés. Podremos ver como en muchos pueblos africanos la gente se alimenta de serpientes, monos, murciélagos, gatos, tortugas, ratas, mangostas, saltamontes, gusanos, pájaros, y cientos de bichos que para nosotros, los europeos, la mayoría de estos platos nos pueden parecen algo repugnante. Sin embargo, muchos de ellos, tanto los pequeños bichos como los grandes animales, siempre han formado parte de la dieta y el menú diario para la gente humilde del continente negro, así como de otros lugares de la Tierra.
Los orangutanes, los monos y los gorilas, aunque no se consumen en todo ese continente, suelen ser la comida habitual en varios poblados africanos. Los sesos de mono y las criadillas de gorila constituyen un manjar para ciertas personas nativas. Un ejemplo lo encontramos en Guinea Ecuatorial, antigua colonia española. Se trata de los sesos de mono que acostumbran a servirlos en su propio cráneo y que son un auténtico manjar. Se preparan de la siguiente forma: Se coge al mono, se le abre el cráneo todavía vivo y se sirve con los sesos aun calientes y palpitantes… y así sucesivamente.
Muchos de estos “deliciosos aperitivos” han sido cocinados al horno y no fritos.
La mayoría de los gusanos son criados especialmente para el consume humano, alimentados a base de granos selectos y cereales, y tienen un sabor parecido a las palomitas de maíz, con el aroma de barbacoa picante. Si bien la sola mención de la palabra “insecto” ya causa repulsión a muchas personas, en culturas tradicionales de varias partes del mundo es muy común y exquisito comer estos pequeños bichos en África, y la industria alimentaria mundial los está rescatando del ámbito tradicional para la dieta habitual de otros países. Haber cuando llega esa moda a nuestro país.