¿Quién no ha visto alguna vez cuando viajábamos por alguna de las carreteras nacionales de este país un impresionante toro negro observando todos y cada uno de nuestros movimientos. Pues bien, ese famoso anuncio publicitario no es otra cosa que el Toro de Osborne, o lo que es lo mismo, la silueta de un toro de lidia, de aproximadamente catorce metros de altura, concebida para promocionar el brandy de Jerez Veterano del Grupo Osborne, a la vez que se recuerda que estamos moviéndonos por España.
En 1987, el Gobierno socialista de Felipe Gonzalez decretó la prohibición de las vallas publicitarias en las carreteras por seguridad vial. Osborne intentó sortear dicha ley eliminando todo mensaje publicitario de la superficie del toro, que quedó pintado por completo de negro. Tras una multa en 1994 por mantener las célebres siluetas, consideradas publicidad subliminar, la Junta de Andalucía declaró Bien de Interés Cultural a los toros de su territorio. Tres años más tarde, el Tribunal Supremo falló a favor de esa compañía tras el recurso que había presentado esta por considerar que su popular publicidad se había “integrado en el paisaje”, y argumentaba para su conservación “el interés estético”. Así, el Toro de Osborne, fue indultado y en 2017 se pudieron celebrar los 60 años de la primera figura, levantada a las afueras de Madrid.Como decía mi amiga Noelia, Que levante la mano quien no conozca al Toro de Osborne. ¿Nadie? Así es, al que muchos lo llaman hoy en día ‘el toro de la carretera’ ya que es el símbolo publicitario más popular en nuestro país; por algo ha sido reconocido judicialmente como un «símbolo integrado en el paisaje». ¡Felicidades!
El Toro de Osborne cumple hoy 63 años, los mismos que tenía yo hace 5, vigilando las carreteras españolas. Nació como la imagen publicitaria de una bebida alcohólica y terminó por convertirse en un símbolo patrio que en algunos lugares de España hasta se ha convertido en Bien de Interés Cultural.
Y uno se pregunta: ¿Qué representa el Toro de Osborne? y ¿Para que sirve? Este Toro es la imagen más conocida del grupo empresarial Osborne. Su historia se remonta a finales del siglo XVIII, cuando un joven comerciante inglés, de nombre Thomas Osborne Mann, llegó a tierras gaditanas para comercializar los vinos de esa zona. Pronto comenzó a hacer negocios en el Puerto de Santa María en Cádiz, y fue en esta localidad donde fundó su propia bodega que, más de 200 años después, se convertiría en un gran grupo empresarial de fama y reconocimiento internacional.Cuando yo tenía 4 años, es decir en 1956, los responsables de Bodegas Osborne decidieron que ellos también necesitaban una imagen reconocible para su brandy Veterano. Y digo también porque por aquél entonces Tío Pepe ya llevaba años con su mítica botella con chaquetilla y sombrero andaluz, que data de 1935, posando en muchos rincones de España.
Volviendo al principio decir que la agencia de publicidad Azor fue la encargada de buscar una imagen para el grupo y el dibujante Manuel Prieto el encargado de darle forma internacional. Su propuesta: la silueta de un toro bravo desafiante, como signo de la cultura mediterránea ibérica, con ascendencias mitológicas e históricas. Dicen que los responsables de esta compañía en aquellos años fueron reticentes en un principio, pero terminaron aprobando el diseño y el famoso toro bravo apareció en etiquetas, artículos, todo tipo de cartelerías y anuncios luminosos… además de las carreteras claro.
El primer Toro de la Carretera data de 1957; se colocó en el km.55 de la N-I (la carretera del Norte que une Madrid con Burgos, y viceversa), a su la altura de la localidad de Cabanillas de la Sierra, muy cerca de Madrid capital. Estos primeros Toros de Osborne lucían la marca Brandy Veterano en letras blancas y estaban fabricados en madera, y medían nada más y nada menos que cuatro metros de alto. Desde 1957 y hasta 1960 se instalaron más de 500 toros en toda la geografía española. Casi más que olivos en el norte de España.
Aquel primer Toro de Osborne data de 1962, es decir que ya ha pasado más de medio siglo desde entonces. Hay que ver cómo pasa el tiempo para algunos. El entonces director general de carreteras se puso en contacto con la firma Osborne para decirle a José Antonio, que era el director de comunicación de las bodegas: «Tienes que alejar el Toro de las carreteras». Y así se hizo. Pero aprovecharon el momento para introducir dos nuevos cambios: los toros dejaron de ser de madera (las inclemencias meteorológicas habían demostrado su escasa resistencia) y, por otro lado, crecieron hasta llegar a los 14 metros de altura.
Los nuevos Toros de Osborne, los que todavía hoy sobreviven en nuestras carreteras españolas, se sujetan con 70 planchas y 10.000 tornillos, pesan 5.000 kilos y miden lo mismo que un edificio de varias plantas. ¡Que barbaridad! Pero que hermosos son.
Pasa el tiempo y en el año 1988 se prohíbe la publicidad en las carreteras, lo que hace que marque otro hito en la historia del Toro de Osborne. Ese año se aprobó la Ley General de Carreteras que ordenaba la eliminación de cualquier elemento publicitario «fuera de los tramos urbanos del Estado español». La nueva norma decía que no se podía poner publicad a menos de 150 metros de la carretera para evitar que los anuncios se convirtieran en una distracción para los conductores.
Osborne volvió a salir airoso de este lance. Para sortear la ley sin saltársela, eliminaron del lomo del Toro el nombre de su brandy y dejaron únicamente la silueta negra. Para entonces, el toro era tan conocido que no necesitaba lucir nombre alguno.
A día de hoy, del medio millar de Toros que Osborne repartió por las carreteras españolas sobreviven 94. En Cádiz, Alicante, Sevilla y Asturias es donde se concentran más Toros de Osborne. En cambio no hay ni uno en Ávila, Cantabria, Gerona, Gipuzkoa, Huelva, Murcia, Palencia, Tarragona o Teruel. ¿Por qué? También hay fuera de nuestras fronteras: alrededor de 60 toros lucen por las carreteras de México y en Copenhague se instaló uno en el Superkilen Park que pretende promover la diversidad cultural… cuanto saben los extranjeros.
Entre los muchos nombres y rostros que abogaron por preservar los Toros de Osborne de nuestras carreteras destaca la figura de Bigas Luna. Dicen que el director de cine estuvo a punto de comprar varios ejemplares para evitar que se perdieran. Y me pregunto yo ¿Dónde los iba a meter?
Tal era su pasión por el símbolo de Osborne que lo hizo coprotagonista de una de las escenas más famosas del cine español: la secuencia en la que Penélope Cruz y Javier Bardem dan rienda suelta a su pasión en Jamón, Jamón. También aparece en el cartel de la película.
A principios de 2009, Osborne comienza a comercializar su célebre Toro a través de licencias con empresas homologadas. Ropa, complementos, cascos de moto, bisutería, relojes, camisetas, gorras…, los productos disponibles no paran de crecer e, incluso, se llega a un acuerdo con la Real Federación Española de Tenis por el cual la línea de ropa Toro Sport se convierte en la equipación oficial de jugadores y jugadoras, así como del cuerpo técnico para la Copa Davis.
Otro ejemplo: la colección Marea Roja, junto a la firma del Grupo Cortefiel, Springfield, compuesta de polos y camisetas diseñados para apoyar a la selección española de fútbol en el Mundial de Sudáfrica. El Toro de Osborne dio suerte al equipo, que consiguió su primera Copa del Mundo. Dos años más tarde, Osborne da un paso más y abre las primeras tiendas físicas donde
Buena parte de los 94 Toros de Osborne que sobrevivieron gracias al indulto, como los de Andalucía, están protegidos por su interés paisajístico y cultural. Algunos son ya hasta Bien de Interés Cultural. Sin embargo, eso no les libra de sufrir alteraciones. Sobre todo con los nuevos “políticos” que pasean hoy por este gobierno.
Como anécdota decir que el Toro de Osborne, en Casar de Cáceres, amaneció el 20 de mayo de 2005 con manchas blancas y con los testículos pintados de rosa. Era una acción de protesta y de transformación artística del pintor cacereño Javier Figueredo. Su idea era llamar la atención para que Extremadura y Cáceres fuesen designadas Capital Cultural Europea en 2016. La Guardia Civil lo detuvo y fue condenado a cumplir dos días de arresto domiciliario. Mañana voy yo a hacer lo mismo con los Leones de las Cortes total últimamente no salgo mucho de casa.
También ha sido customizado por artistas de renombre. En 1983, fue decorado por el artista norteamericano Keith Haring; en 1996, fue el anfitrión de la Feria de Arte Contemporáneo ARCO; en 2000, recibió el premio LAUS; en 2003, los socios del Fomento de las Artes Decorativas lo escogieron como el diseño más representativo del siglo XX; y en 2007 fue decorado por 50 personalidades internacionales con motivo de su 50 aniversario. Qué bonito. Ah, se me olvidaba, también es pieza esencial de todas las retrospectivas dedicadas al diseño gráfico español.
Ya solo me queda decir que deseo que estas 90 hermosas esculturas metálicas que son los Toros de Osborne, que desde principios de los años 60 del pasado siglo XX me han acompañado por infinidad de rincones de la geografía española continúen haciéndolo y que mis hijos y nietos los puedan disfrutar como lo he podido hacer yo durante muchos años. Amen.
Texto y Fotos: Rafael Calvete Alvarez de Estrada